Hay álbumes capaces de hacerte viajar sin ni siquiera salir de casa. Hay álbumes impregnados de magia, una magia demasiado única y especial. Hay álbumes capaz de emocionarte y descubrirte nuevas sensaciones, desconocidas hasta el momento. Y después está el gran trabajo discográfico que nos acaba de regalar Kevin Johansen. «Tú Ve» es un verdadero diamante en bruto, ha conseguido esa emocionalidad que pocos tienen. Todo gracias a esa profunda voz que tiene, a esa innata capacidad de reversionar temas propios y ajenos, y a las increíbles alianzas que se ha fraguado con otros artistas, como Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, David Byrne, Sílvia Pérez Cruz, su hija Wiranda Johansen y Rubén Rada.
Un disco increíble para entender el completo y amplio «universo Kevin». Un disco formado por once canciones que reúne versiones de todo tipo. Desde temas propios a los que les ha dado la vuelta, a reinterpretaciones de clásicos como «A Little Respect» de Erasure, «El Albertío» de Violeta Parra, «Suzanne» de Leonard Cohen a dúo con Jorge Drexler, «El cielo» de Talking Heads, «Oración al tiempo» de Caetano Veloso, «16 Tons» de Merle Travis, «El Tungue Lé» de Eduardo Mateo o «Perfect Day» de Lou Reed.
«Quizás la pandemia produjo en uno la posibilidad de poder soltarse y devolver un poco lo que te dieron grandes compositores que te han marcado. Los compositores descubrimos, tanto en nuestro material propio como en el ajeno, esa suerte de querer sortear el tiempo y ser atemporales o eternos. O negar la finitud, negar la mortalidad propia. La canción desafía al tiempo. Una buena canción suena bien hoy, y puede sonar bien en 50 o 100 años», explica el propio artista.
Por su parte, la producción corrió a cargo de del multipremiado músico uruguayo Juan Campodónico, en co-producción junto al argentino Diego Mema. La grabación se realizó en los estudios Zorzal, de Montevideo, con algunas de las voces de los invitados grabadas en Nueva York, Barcelona y Veracruz.
Sin duda alguna, «Tú Ve» es una auténtica joya musical, que os recomendamos escuchar a la de ya. Emotivo y real a partes iguales. Y más Kevin Johansen que nunca.