Desde la primera vez que la escuchamos, su voz nos cautivó. Y es que tiene un don sobrenatural, capaz de enamorar a todo aquel que la escuche. Efectivamente, hablamos de María de la Flor, quien el pasado viernes 25 de marzo publicó el primer adelanto del que será su nuevo disco. El pasado viernes 25 de marzo publicó «Corazón despierto». Una canción realmenente mágica, con la que la artista ha conseguido hacernos volar. Además de insuflarnos una buena dosis de valor, fuerza y alegría.
«Corazón despierto viene como una ráfaga de viento al borde del camino, y le canta con alegría al mundo que se abre paso entre la fantasía y lo tangible, llevando por bandera el compartir intrínseco a una mirada sensible y clara».
Esta es la particular manera que tiene María de la Flor de firmar su vuelta tras haberse hecho con un buen cacho de nuestro corazón, tras debutar con su primer EP «TEMPLE». Pero es que ella es incansable e imparable. Imposible pedirle que se quedara ahí. Imposible no esperar más de ella, porque ella es sinónimo de tesón, de talento y de buen hacer. Ella es única y así lo volverá a demostrar con «Hilanderas», el que será su primer larga duración. Un álbum que verá la luz en breves y del que «Corazón despierto» formará parte. Un álbum que María ha grabado en directo en Estudio UNO junto a un cuarteto de cuerda, formado por un grupo de artistas amigas que la llevan acompañando desde el principio de su carrera. Un proyecto que, además, no habría tenido sentido tampoco sin los arreglos de Lorenzo Moya, así como de la dirección y producción musical del violinista Carlos Montfort.
Aunque nos morimos de ganas por escucharlo, no necesitamos hacerlo para saber que será uno de nuestros discos favoritos del año. Un disco que servirá para que María se asiente y se afiance en nuestra escena musical, siendo una de las grandes referentes de la música tradicional moderna. Esa que sabe cómo aunar a la perfección lo mejor del pasado y del presente a nivel sonoro. Y es que, sin duda alguna, es una de las compositoras más prometedoras de nuestra escena. Es por eso por lo que nos alegramos infinitamente de ver desde tan cerca cómo crece, cómo evoluciona y cómo vuela. Sí, es cierto. Todo en ella es magia en estado puro. ¿Os atrevéis a comprobarlo?