Detrás de la ducle voz de MIR se encuentra un mensaje más que necesario en el mundo en el que vivimos. Es triste decirlo, pero es real. Y es que en pleno siglo XXI sigue siendo complicado visibilizar temas tan reales como la salud mental. Un tema que aún permanece relegado en un segundo plano y que aún se encuentra repleto de estigmas. De ahí que canciones como «Adrede» se tornen tan imprescindibles. Porque si la música, de por sí, ya siempre ha sido un gran elemento curativo, ahora no iba a ser diferente. Y porque también la música tiene ese poder, no de cambiar el mundo, pero sí de cambiar a las personas. Primer paso a tener en cuenta.
En un mundo envuelto de crudeza y de dureza, «Adrede» llega como agua de mayo. Una canción especial que, a pesar de todo, nació en el momento más complicado de nuestras vidas: la cuarentena y la crisis causada por la COVID. Momento en el que todos y cada uno de nosotros desconectamos con el entorno, pero es que además, MIR desconectó consigo misma y también con su parte más artística. Convirtió en una obligación lo que debería ser inspiración. El miedo y la ansiedad la incapacitan, parasitan el cuerpo. Pero al final, con ayuda y tiempo para priorizarse, consiguió la energía suficiente para enfocarse en lo que más le apasiona: su música.
A pesar de que la liberación comporta una cierta resaca, al monstruo no se le mata, se le esquiva, es difícil que se vaya por completo. Pero paso a paso, se va haciendo camino. Un camino mucho más ligero gracias a MIR que, con su música y sus letras, nos da una buena ráfaga de emociones intensas y positivas, capaces de hacer que lo pasemos bien y que fluyamos con naturalidad.
Con esta pequeña joya, MIR nos regala la primera de sus píldoras musicales. Y es que durante 2022, irán viendo la luz nuevas canciones. Pero «Adrede», como declaración de intenciones, es más que perfecta. Mucha atención a la artista catalana, porque tiene todas las cartas para convertirse en une joven promesa del pop contemporáneo. Y si no, dadle un poco de tiempo.