La Plaza de los Cubos, Madrid. Año 2009. Ese fue el inicio de lo que hoy es Kuve. Ocho años después, con Maryan Frutos al frente, Kuve regresa con la versión de sí misma más actualizada, «3.0». Puede presumir de haberse recorrido todo el territorio nacional, entre festivales y conciertos en salas. Esta noche cierra en Madrid, en la Sala Copérnico, junto a Villanueva. Eso sí. Promete que 2018 también será un año cargado de sorpresas.
¿Por qué «3.0»?, ¿por qué esa versión de Kuve?
Desde que empezó Kuve, esta etapa es nueva: hay nuevo equipo, nueva producción, nuevos elementos. Es un Kuve en el que estoy yo sola al frente. De ahí, ese 3.0.
¿Cómo fue ese proceso de creación del nuevo álbum?
Empecé en 2014, cuando se fue Carlos [Otero]. Empezó de cero todo, con nuevas incorporaciones como la de Pepe Curioni, que es el bajista. Él hizo equipo conmigo, hicimos tándem y entre los dos, comenzamos con la composición y maquetación de los temas. Después ya contamos con Ramiro Nieto y Martí Perarnau, que fueron los que le dieron el toque de la producción.
¿Y por qué ese giro musical?, ¿por romper con la etapa anterior?
Sí, claro. Al ser todo nuevo, había que refrescar e introducir nuevos elementos. Este disco es más guitarrero, tiene canciones más potentes, más rock, guitarras más poderosas. Yo digo que es como una especie de viaje: el disco empieza con mucho power, con «La conquista», pero después también hay también baladas como «Cometas, playas desiertas» o «Soberana». Es otra cara de Kuve.
¿Cómo ha evolucionado Kuve y Maryan, a la par?
Desde que empezó todo, desde que sacamos «3.0» el año pasado mediante crowdfunding, la respuesta de la gente fue increíble. Y a partir de ahí, hemos ido pasito a pasito con los festivales y con la gira.
Los directos al final son una parte importante del directo, porque es cuando expones tu música ante el público. ¿Cómo prepara Kuve los directos?
En el caso de esta gira, hicimos una pre-producción antes del lanzamiento del disco. Tras salir del estudio, empezamos a preparar el directo. Al final, es ensayar, ensayar y ensayar. Y aprender de errores también.
Definición de «3.0» en dos o tres palabras.
Etapas, proyectos y superación.
¿Y a quién quieres más, a mamá o a papá?, ¿con qué canción te quedarías de este álbum?
No podría quedarme solo con una [risas]. Aunque, si tuviera que elegir una, «3.0», más que nada por la respuesta de la gente. Pero no puedo elegir entre mis hijos [risas].
¿Dónde o a quién recurrir cuando la inspiración falla?
En realidad, siempre me gusta ir alerta. Todo el que compone, necesita inspiración. Ésta se puede encontrar en anécdotas personales o en anécdotas que les sucedan a las personas que están a tu alrededor. A nivel personal, acabo recurriendo a personas de mi entorno y a cosas que me llaman la atención. A veces, incluso yendo en el metro se te pueden ocurrir cosas y las tienes que ir anotando donde pilles: móvil o una libretita.
¿Etiquetar o no etiquetar la música?
No. No me gusta etiquetar, porque en realidad, creo que todo es más general. Al final es música. Te gusta o no te gusta.
A día de hoy, con lo fácil que puede ser hacer música – y consumirla -, y con lo poco profesionalizada que puede estar, ¿no es arriesgado dedicarse a ello?
Más que arriesgado, yo creo que es de valientes. Igual que el emprendedor que decide montar una empresa. Mucha gente puede decir: «¡qué haces, estás loco!». Pero al final, cuando algo te gusta, lo ves claro. Yo desde bien chiquitita, lo sabía. Me saqué la carrera de Magisterio de Educación Primaria, pero tras terminarla, quise empezar con mi proyecto. Y quizás sí, mucha gente no se lo tome en serio, pero no hay que hacer mucho caso, porque la gente que piensa así, no entiende esta pasión por el trabajo.
Volviendo un poco a Kuve, ¿Cómo afrontais el concierto de esta noche?
Con muchas ganas de tocar ya. Porque desde la presentación del disco en la Sala El Sol, no hemos vuelto a pisar la ciudad con banda. Y después de este verano, que hemos tenido mucha tralla, nos apetece volver a presentarlo aquí, para cerrar un poco la gira. Además, lo vamos a compartir con Villanueva, que es banda hermana, y nos apetece mucho.
¿Y después, qué planes tiene Kuve?
El sábado tenemos el último concierto en Valencia y ya terminamos el año. Ya estamos tratando de cerrar las primeras fechas de la gira del año que viene. También tenemos idea de meternos a estudio para grabar. En definitiva, seguir, seguir y seguir.
Para cerrar un poco la entrevista, ¿qué canciones suenan en la «furgo» cuando Kuve está de gira?
Suena mucho «Bombas nucleares» de Villanueva, «Río Wolf» o «Nebulosa Jade» de Rufus T Firefly, «Bien por ti» de Viva Suecia…Todo muy nacional, nos gusta mucho escuchar a compañeros [risas].